¿Qué son los trastornos de personalidad?
Más de una vez hemos visto personajes complejos en las películas: hombres antisociales, genios paranoicos, estafadores que le ponen llave a su puerta diez veces para asegurarse que esté bien cerrada. Pero características que a veces se nos presentan a través de la pantalla con toques de humor, son en realidad síntomas serios que podrían estar indicando un trastorno de personalidad.
“Primero debemos entender qué es la personalidad”, afirma el Médico en Salud Mental de la Universidad de Chile, Dr. Roberto Sunkel. “En términos simples, es como una forma de ser en el mundo. Clásicamente se describen dos componentes: el temperamento, que corresponde a los aspectos más biológicos (umbral de reacción ante estímulos, intensidad y capacidad de volver a un estado basal) y el carácter, que son los aspectos que se van adquiriendo durante la vida”, explica.
Un trastorno de personalidad no es solo una forma de ser “extraña” o “poco común”. Se habla de uno cuando “se presenta un patrón persistente de comportamientos, emociones y pensamientos que interfieren con la capacidad de la persona para desempeñarse en las relaciones interpersonales, el trabajo y otros escenarios”. Como explica el Dr. Sunkel, estos trastornos pueden ser de distintos tipos que se dividen, según el DSM-IV, en tres clusters o categorías:
A: Esquizoide, esquizotípico, paranoide
B: Histriónico, narcisista, limítrofe, antisocial
C: Obsesivo-compulsivo, dependiente, evitativo
Es importante considerar que a veces es complejo diferenciar una forma de ser con un trastorno. Una persona puede tener un grado de narcisismo o dependencia, por ejemplo, sin presentar necesariamente un trastorno de personalidad. ¿Dónde está el límite, entonces? Los trastornos de personalidad suelen estar “escondidos” detrás de otros síntomas. “Hay ciertas características generales que hay que considerar, como poca tolerancia a la angustia y frustración, relaciones interpersonales problemáticas, alta impulsividad, rabia como sentimiento predominante, entre otros”, afirma el Dr. Sunkel.
Como los trastornos de personalidad se caracterizan por una vida cargada de conflictos en las distintas áreas, es muy difícil poder llevar una existencia feliz sin la ayuda de especialistas. Normalmente, las personas con estos trastornos consultan cuando su condición hace que pongan en riesgo la vida, como intentos de suicidio, automutilaciones, promiscuidad sexual, abuso de drogas y trastornos alimentarios. “También acuden por conflictos a nivel interpersonal (narcisista), problemas de índole judicial (antisocial), dificultad en llevar a cabo tareas (evitativo) o aislamiento social (esquizoide)”, ejemplifica el Dr. Sunkel.
El tratamiento para estos trastornos suele basarse en la combinación de farmacoterapia y psicoterapia. Por un lado, los fármacos buscan calmar los síntomas, mientras que la psicoterapia busca los problemas de raíz y genera herramientas para lidiar con ellos. “Estudios han evidenciado que dentro de las terapias, la conductual dialéctica, la basada en mentalización y la basada en la transferencia son particularmente exitosas, lo que no quiere decir que otras técnicas no sirvan”, finaliza el Dr. Sunkel.